Foto by @isateosorio.
La tarde del pasado miércoles, 14 de diciembre, viajé a Madrid para asistir a una cena. Una cena de la que sólo conocía el lugar y quien era la anfitriona. Y me gusta pensar que en esta velada se hizo realidad su sueño, el que se apoderó de ella viendo la maravillosa película: Si, el miércoles asistí a la primera velada «a ciegas» de cenasadivina. Siguiendo con la película, el tema que nos reunía en torno a la mesa de Silvia no se alejaba mucho de la trama de áquella, que invita al espectador a reflexionar sobre cómo reaccionaría si su hija le anuncia que se casa con un hombre de otra raza – que era Sidney Poitier, todo hay que decirlo-, con un diferente.
El tema «Ser diferente» es lo que tenemos en común las ocho invitadas: seis de nosotras por tener hijos diferentes, la séptima, es una joven diferente y, la octava, nos conocía a todas aunque era la primera vez que nos veía, es terapeuta de niños autistas, unos de los más diferentes-. Y dos de nosotras tienen niños con altas capacidades; otra, una niña sorda; la cuarta, con un quinto con artrogriposis congénita distal; la quinta, con un tercero con disgenesia del cuerpo calloso; y yo con mi disléxico. Todas inmersas en el proceso -sus hijos tienen desde los diecinueve meses hasta los 12 años-, y la que escribe aportó la mirada alcanzada la otra orilla.
Fotos by @cenasadivina
A las madres con niños diferentes nos une también cómo nos sentimos, nos une la angustia ante el diagnóstico, nos une la incertidumbre de qué va ser de ellos, nos une el miedo a que sufran ahora y de adultos, nos une nuestro miedo a no saberlo hacerlo bien, nos une el pavor al zarpazo de la exclusión, nos une nuestro anhelo por que la sociedad sea flexible, por un mundo en que quepamos todos. Nos une nuestra soledad, nuestra impotencia, nos une el saber que nuestro amor no basta que no es suficiente. Nos une nuestro sueño, que es más una necesidad, de que los otros los vean con nuestra mirada sin prejuicios.
Y sabemos que la clave está en la flexibilidad, en la humildad, y en la empatía.
La velada trascurrió pausada, lenta, nadie interrumpió a nadie, nadie juzgo a nadie, todas al escuchar a otra sentíamos admiración por su lucha, su fuerza, a la vez nos sentíamos pequeñas ante su coraje, que era el de cada una. Hablamos y hablamos, escuchamos y escuchamos, y nos reímos ¡vaya que si nos reímos!…la madre del quinto diferente, es toda una artista en el arte de reírse de si misma y con ella todas. Y nos conmovió la hija, que era la hija de todas, que nos confirmó que nuestro mayor temor no lo vamos a poder evitar: nuestros hijos sufren o sufrirán por ser diferentes. Y a la vez nos sentimos orgullosas de ella, de su madre, de su hermana, y nos convencemos de que todo el esfuerzo y el dolor merece la pena.
Como ves no estás sola, ¡Somos tantas las que vivimos esto! Te dejo lo que me escribió mi padre por mis veinte años:
«La vida es así, a veces dulce; otras, amarga, pero siempre ADELANTE«; y añado «no olvides que sí fraquean tus fuerzas, yo te sostengo «porque mi música es tu voz.»
Foto by @silviaplettenbergphoto.
A la pregunta de Silvia : ¿Qué es empatía? Respondo, sin dudar, parafraseando a Bécquer :
«¿Qué es empatía? ¿y, tú me lo preguntas?
Empatía…eres tú«.
Gracias «A CIEGAS «... ahora ¡¡¡ Somos una Tribu !!!
¿Te vienes? o ¿Te animas a buscar a la que perteneces? Cuéntamelo.
2 Comments
Magnífica reunión! Que grandes mujeres, compartiendo una cena y entendiéndose, aquí no he encontrado algo así donde poder compartir con otras madres esta lucha, cualquiera sea, la de todas. De ti me encanta cómo escribes, confiezo que es la primera vez que entro al blog. Me estoy leyendo todo!!!
Pd. La Mesa está divina
Fue una cena emocionante. No nos conocíamos y no sabíamos que nos unía. Ninguna durmió aquella noche. Volvemos a reunirnos en Madrid el próximo 16 de marzo. Es que Silvia de Cenasadivina es una crak. Fue una noche mágica. Gracias por leerte TODO. Un abrazo.