Esta ha sido su primera flor. Lo trajo el silbar del viento. Buscó el calor en la tierra y la humedad en el cielo: echó raíces…» ¿Y por qué no lo arrancas? ¡le resta nutrientes a las plantas!… Creí en él cuando apenas era un escuálido tallo que crecía junto a un parterre descuidado de calas blancas. Nos hemos ido cuidando mutuamente: él me da felicidad y yo agua. Hoy es un árbol hermoso: su tronco mide más de metro y medio y, ahora mismo,ya está cuajado de flores rosadas.Un hijo del viento…y del ciruelo japonés del vecino. Esta foto y esta historia me la regaló en su Instagram @nicecordelia, porque esta historia en forma de cuento, también podría ser la mía y la de Ángel, mi hijo.
He tenido la oportunidad de contar ésta mi historia, nuestra historia, gracias a Mónica Carmelí, una joven que estudió el grado de educación primaria en la Universidad de Barcelona y en el último curso, hizo su proyecto final sobre el desconocimiento de la dislexia entre el profesorado y desarrolló un curso para llevar a cabo en un centro concreto.
Unos meses después de terminar la carrera, empezó el máster de Educación y TIC en la Universidad Abierta de Cataluña. El máster trata sobre la integración de las nuevas tecnologías en la educación (en cualquier nivel educativo) y concluye con unas prácticas y un proyecto final contextualizado dentro del centro donde se desarrollan. Mónica escogió Integratek, una empresa que integra las nuevas tecnologías para ayudar a las personas con dificultades de aprendizaje (sobre todo en lectura, escritura y matemáticas).
En su proyecto, decidió volver a centrarse en la dislexia. El motivo ,como descubrió en el proyecto de final de grado, es que la dislexia es una dificultad que afecta a un gran número de estudiantes y, a pesar de ello hay un gran desconocimiento por parte de los docentes. Además, siguiendo los principios de Integratek que busca «formar, sensibilizar y dar los mejores recursos tecnológicos para integrar a todas aquellas personas con alguna dificultad de aprendizaje» decidió crear un curso online sobre la dislexia. Fué más allá y ha desarrollado un curso MOOC ( de las siglas en inglés Massive Open Online Course) que básicamente significa curso abierto a todo aquel que quiera formarse en esta dificultad de aprendizaje, completamente online y sin coste alguno.
El curso lo ha estructurado en 4 módulos:
1.- Módulo 1: El concepto de Dislexia
2.- Módulo 2: Herramientas de detección y diagnóstico
3.- Módulo 3: La dislexia desde el punto de vista de la familia y cómo ayudar desde casa
4.- Módulo 4: Herramientas para trabajar con la dislexia (tecnológicas y tradicionales).
Mónica ha contado con más de cien participes en su curso. Mi participación es en el módulo 3 el punto de la familia y que hacer desde casa. Gracias de veras a Mónica y a Integratek por contar conmigo.
En el video la primera parte de tres. ¿Cómo vivimos el diagnóstico?
4 Comments
Precioso cuento y precioso trabajo de investigación!!!!!
Mil gracias, por dárnoslos a conocer!!!!
Besos
Abrazo inmenso, Mariángel.
Ha sido un placer colaborar contigo en este proyecto. Tu experiencia ha sido muy reveladora, no sólo para mi, sinó para todos los participantes del curso y los que están por venir.
¡Muchísimas gracias por poner cara y voy a un problema que afecta a muchos niños y a sus famílias!
Mercedes: siempre he dicho que te admiraba. Y lo repito. Y lo repetiré,… Admiro profundamente a los padres/ madres que lo son hasta la últimas consecuencias, que se desviven por sus hijos, que afrontan los problemas que van llegando con la mejor de las voluntades, con la más honesta de sus sonrisas, con la preocupación necesaria propia de estas situaciones y toda la fuerza que poseen e, incluso, la que no poseen.
Te sigo y, por lo tanto, conocía la historia de Ángel, pero ha sido absolutamente fascinante/ emocionante escucharte en la entrevista y conocer esos detalles y esas situaciones que nos ponen al límite, que nos levan a las lágrimas, que nos invitan, tantas veces, a tirar la toalla.
He de decirte que la historia del «ciruelo japonés», que llegó a casa en forma de semilla que trajo el viento, continúa, y que después de aquella primera flor, llegaron cientos de ellas que acabaron por convertirse en cientos de frutos, y que, a diferencia de los del árbol de origen, estos son más grandes, no son ácidos y son extremadamente dulces, como si también hubiera tenido algo que ver el ciruelo amarillo otro jardín vecino.
Desde donde te escribo, Mercedes, veo algunas de las ramas del ciruelo: las miro y no dejo de pensar, feliz y aún sorprendida, sobre lo importante que resulta saber cuidar de los que nos rodean ( tb. saber dejarse cuidar), creer en las posibilidades de todos ellos y potenciarlas, y defenderlas (si ellos no saben o no pueden hacerlo), y entender que todo lo que nos rodea, todo, bueno y malo, influye en nuestro camino, modela nuestra realidad y determina nuestros sueños.
Te admiro profundamente. He de admitir que jamás pensé que le diría esto a una madre-chula, pero tb he de reconocer que ojalá hubiera más madres-chulas en el mundo :)))))) VALIENTE! BRAVO!!!