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La historia de superación de la dislexia más bonita jamás contada, por mikinaranja

febrero 19, 2019
miki naranja

Si sigues a Miguel Herranz Martín-Caro en Instagram, seguramente estarás convencido de que tiene gran facilidad para escribir, pero igual no sabes que esta facilidad es conquistada, porque @mikinaranja es disléxico.

Me cuenta que sus padres y tutores no contaron con las herramientas y los conocimientos  necesarios para «curar» su dislexia, que tiraron de sentido común y remedios «ad hoc», pero que al fin y a la postre sirvieron para lograr (más o menos) salvar las dificultades. 

miki naranja

Miki empleó un método curioso para poder leer, que él cuenta así: la separación de letra a letra, lapso escritor y lector, la aritmética  descompuesta, es decir, comenzar la operaciones desde el final (resultado) hacia el principio… Confiesa que aún guarda muchos tics de entonces y aún conserva muchísimos rasgos disléxicos, pero consiguió adecuar la dislexia a su cauce que una vez encontrado resulta un curso con más ventajas prácticas incluso que inconvenientes. En el camino de aprender a coger las riendas de su dislexia contó con la suerte, sin buscarla, de un mentor. Un profesor que en la primaria se paró a ver que le sucedía a ese niño, creyó en él y, sobre todo, le hizo sentirse capaz  para aprender a escribir en condiciones, enseñándole un truco que le ha servido de mucho en su vida. 

En la nota de autor que escribió tras el poema que tituló «De a poco«, publicado el 27 de mayo de 2017, @mikinaranja nos cuenta su  historia, como sólo él sabe, con poesía, dominando la palabra y, para mí, es la historia de superación de la dislexia más bonita jamás contada.

Aquí la dejó y ya me contarán como tengo razón. 

DE A POCO

Primero un pie. Luego

otro, y otro, y otro más,

y así: de a poco,

se fue yendo la alegría

entre nosotros.

N.a.

Tuve (tengo) dislexia y un profesor tartamudo. Los dos hechos así considerados quizá no digan gran cosa pero para mí, tal relación fue crucial cuando era niño.

La dislexia ni se crea ni se destruye, solo se transforma. Hoy: ella y yo nos llevamos bien, como dos viejos amigos, pero en mi niñez era una compañía tormentosa.

No era capaz de asumir lecturas complejas, si lo conseguía era costa de un grave esfuerzo y concentración. Si debía escribir con prisa omitía vocablos y hasta frases enteras del discurso. Cambiaba las letras y los números de posición, especulaba (de espejo) con las palabras. En fin, un desastre.

Chisco era (es) tartamudo, de Vallecas para más señas (hoy vive en Salamanca)  y mi profesor de aquella y de matemáticas, si mal no recuerdo. Tras un examen en el que contesté mal a todas las preguntas y en el que no contento con eso le dibujé (en el reverso del folio) una polla con alas (sí, como suena, una polla con alas) hablamos durante varios días.

Él me enseñó un truco para escribir y leer con «rapidez» que resulta muy eficaz y que además es fantástico para la vida, me dijo. Mira, si yo he sido tartamudo en Vallecas (los setenta, háganse cargo) y he sobrevivido, tú aprenderás a escribir y leer en condiciones.

Cuando veas una palabra, no la contemples en su conjunto letra a letra. Lee y escribe por letras, de una en una, y entre ellas repite hacia dentro: «ratón de Vallecas».

Ge…ratón de Vallecas…erre…ratón de Vallecas…a…ratón de Vallecas…ce…ratón de Vallecas…i…ratón de Vallecas…a…ratón de Vallecas…ese…ratón de Vallecas, Chisco.

Parece un remedio absurdo (él lo usaba para controlar su habla) pero os juró que a mí me funcionó. Al principio constituía un desempeño insufrible pero pronto empecé a coger soltura, no me equivocaba y al cabo dejé libres a los ratones y conseguí centrar mi atención.

Pienso que quizá esto también valga para muchas cuestiones. No pretender asumir un proyecto, empeño o afecto en su conjunto y desde el primer día. Separarlo en elementos más simples y consentir que los «ratones de Vallecas» salgan a jugar . 

Además de publicar diaramente sus poemas en instagram, @mikinaranja el pasado año publicó su primer poemario «Palabras de Perdiz«.

Gracias Don Miguel por regalarnos ésta, tu historia.

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5 Comments

  • Reply María febrero 19, 2019 at 10:59 pm

    Uff!!Que bonita historia.
    Deseo con todas mis fuerzas, que haya un mentor para cada uno de estos niños y niñas dislexic@s . Estoy convencida de que no puede haber nada más gratificante para una persona que se dedique a la enseñanza, que te recuerden toda la vida por haberles ayudado.

    • Reply momdislexia febrero 20, 2019 at 8:29 pm

      Gracias por tu comentario. Me uno a tu deseo, con todas mis fuerzas también, para que para cada uno de estos niños haya un mentor, profesor, padre, madre, hermano, conocido, entrenador. Un abrazo.

  • Reply Ester de Nice Cordelia febrero 20, 2019 at 12:17 pm

    Qué gran historia, Merce: qué atenta estás siempre, como sabes cazar la verdad al vuelo para ponerla al alcance de quien la pueda necesitar.
    Qué gran trabajo vienes haciendo, y durante tantps años, querida! Una vez más, mi admiración más profunda! ♥️

    • Reply momdislexia febrero 20, 2019 at 8:26 pm

      Es una historia fantástica, la publicó al poco tiempo de encontrarnos en IG, y me dejó fascinada. Tomé buena nota, y se la pedí prestada a nuestro amigo @mikinaranja.
      Yo quería tener estar historia en mi blog. Gracias por tus palabras .

  • Reply Silvia marzo 18, 2019 at 7:20 am

    ¡Maravilloso! Sigo a Miguel desde hace tiempo en redes y la facilidad con la que expresa las emociones, es abrumadora. Me he sentido absolutamente identificada.

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