CÓMO COMENZÓ

como comenzo

Todo esto empezó cuando mi hijo con seis años fue diagnosticado de dislexia y, desde ese mismo momento, incorporé  a nuestra vida el mantra: “Por favor, sin dolor”Además de la imprescindible reeducación fonológica, a todo el proceso de superación de la dislexia de mi hijo le di, sin buscarlo, una dimensión holística.

Cuando mi hijo cogió las riendas de su dislexia, no podía quedarme con lo aprendido y empecé el blog. Gracias a él, he conocido a otras madres con las que he compartido nuestras experiencias, multitud de anécdotas y batallitas… pero, sobre todo, coincidimos, queremos y necesitamos que la sociedad conozca la dislexia no sólo como una dificultad sino también con todas sus fortalezas.

Así nace esta web cuyo principal objetivo es crear una comunidad de mentores con sus telémacos en la que se produzcan sinergias que nos permitan decir que “uno y uno hacen tres”.

Si quieres saber más sobre nuestra historia, visita el blog